Horas de mucho. Días de nada

N.A.D.A

Cuatro letras que nunca se ahogan

Cosas de niños

Estábamos perdidos.

No deberías extrañarte tanto.

Crecimos pensando que no podíamos ver a Jesusito
porque era tan feo que se escondía,
nos preguntábamos porqué, si la tierra se movía,
no teníamos que ir corriendo continuamente para seguirle el ritmo,
creíamos firmemente que los profesores
no tenían ninguna necesidad de ir al baño
mientras nosotros pedíamos permiso a cada rato,
y nos fascinaban aquellas personitas tan pequeñas que hablaban desde la TV
- increíbles conjeturas sobre como podían sobrevivir metidas en aquella caja-

No deberías extrañarte nada.

Siempre tratamos de explicarnos de alguna forma
lo que no entendíamos y nadie nos explicaba.

Y... ¡Era tan divertido!

No tengo nada que decir

No tengo nada que decir
No tengo nada que decir
No tengo nada que decir

todo lo que tengo que decir
es que
No tengo nada que decir


Fito lo dijo mejor que yo